lunes, 30 de abril de 2007

el sueño continúa


Ya, de regreso a casa, en plena fase de digestión de mi aventura, me decido a completar el blog. Han sido muchas personas, muchos paisajes, muchas situaciones, muchos lugares, incluso muchas nacionalidades. Recuerdo el primer día de viaje hacia Roncesvalles, esa subida en coche, esos nervios previos, ese pensar en la locura que estaba a punto de comenzar. José Antonio fue la primera persona con la que empecé a compartir, en una mañana fria, de niebla, de casi lluvia. ¡Se me hace tan lejano!
Ese primer descenso, esas primeras subidas. ¡Dios, qué sensaciones! Ese primer bocata de chistorra en Pamplona, en Arre, todo en el viaje era la primera vez, en un constante camino hacia adelante. Primer albergue en Puente la Reina, primeros peregrinos, primeros sellos, primera noche fuera de casa, primeras llamadas. Todo era nuevo, el día siguiente, el siguiente y el siguiente. Las previsiones se fueron al carajo, seguiría los dictámenes del camino, de mi cuerpo, de mis sensaciones.
Ahora, después de haber terminado, pienso que pude hacer muchas cosas más, de manera diferente, pero también creo que eso nos pasará siempre: un lugar por visitar, tardar más días, no tener tanta prisa, etapas más cortas... Pero todo forma parte de una mezcla de sentimientos, sensaciones, bisoñez, inseguridad (la vas perdiendo según transcurren los días), nervios y, también, de llegar a Santiago. El cóctel resultante de toda esta mezcla es el que disfrutamos en Santiago. Mi cóctel al final ha estado regado de miedo, miedo a lo desconocido, miedo a esas bajadas tan espectaculares, esas bajadas de las cuales tanto disfrutáis vosotros y que yo tanto he sufrido por no estar habituado a ellas. Estoy seguro que la próxima vez (porque habrá próxima vez) estaré preparado.
Toboganes en Navarra, llanos castellanos, bosques gallegos.... todo tan diferente e igual, hospitalidad por todos los rincones, sonrisas, palabras de ánimo. Recuerdo a ese señor en Frómista, tomando un café, ese matrimonio y a la señora Tovar en La Virgen del Puente en Sahagún, esos italianos compañeros de recorrido, ese bar de Castrojeriz donde cené, ese muchacho de Bilbao (Eduardo) que habrá llegado a Santiago ahora, ese rebaño de ovejas, esa serpiente en el medio del camino, Fernando (sin el cual no habría llegado nunca a la cima de O'Cebreiro), ese señor de Cáceres que terminaba conmigo el Camino Primitivo en el Monte do Gozo, ese matrimonio de León y su hija aplaudiéndome e invitándome a comer con ellos.... son tantas cosas, han dejado una impronta en mi alma, en mi mente que será imposible borrar.


Lui, Luiggi y Giuliano, en Logroño.


Con Eduardo y Fernando, en Astorga

La bici y tu, el sillín y tu culo, compañeros inseparables de viaje. He tenido suerte, no he tenido ningún problema mecánico salvo la cadena que se me ha salido varias veces, y seguro que ha sido por mi falta de pericia. 5 caídas, una de ellas a la entrada de Burgos, en Castañares (a 15 km.), provocada por un camión, que ni siquiera paró. No pasó de susto, pero dejó algunas huellas en forma de heridas en codo y piernas. Prefiero acordarme de los chichos de Molinaseca (especie de picadillo), del bocata de morcilla de Burgos en la plaza de la catedral, de la chistorra de Pamplona, del pulpo, del orujo, en definitiva, de toda su esencia que quedará impregnada a mi de por siempre. Estoy seguro que volveré, no se cuando, pero volveré. Un abrazo muy fuerte a todos
Forza e coragge

miércoles, 25 de abril de 2007

Día X Melide-Santiago

Hola, hoy miércoles, después de haber llegado ayer martes a casa, escribo la penúltima crónica de mi viaje (jamás se debe decir la última). Después de haber terminado el domingo en Melide, decidí recuperarme anímica y físicamente en Ezequiel, con un buen pulpo, patatas, ribeiro, café de puchero y unas ciertas dosis de orujo. Paseo, reflexión y destino a la litera del albergue (por cierto, creo que es el que menos condiciones reúne de limpieza y habitabilidad de todo el camino, en los que he estado). Me levanto a las 7 de la mañana, empiezo a recoger todas las cosas, a rehacer nuevamente las alforjas. Salgo de Melide a 7.45 con el fresco de la mañana. El paisaje es espectacular, mucha vegetación, árboles, la tierra respira agua por todos sus poros. A poco de salir de Melide, me encuentro con un río, el cual tengo que cruzar por encima de unas piedras, con alguna dificultad que otra. El camino se endurece, el perfil es clónico, se repite constantemente, cortas y fuertes subidas con bajadas muy pronunciadas, en las cuales la bici parece lanzarse al vacío. Por esta zona me encuentro con muchos peregrinos, hablo con ellos, se ve en sus caras la proximidad de Santiago, la mayoría van a hacer parada en Arca, para culminar su viaje el día siguiente. Sigo disfrutando el día, pero en mi mente ya sólo está Santiago. En Arzúa paró a desayunar, 37 km. me separan. Continuo hacia adelante, el sol me acompaña. Tengo que incidir en la dureza de esta etapa, solamente suavizada por la belleza del entorno y por saber que al día siguiente tendré la satisfacción de haber concluido este viaje por la Via Láctea. Después de fuertes subidas (Pedrouzo) me aproximo a Santiago. Subida y veo un cartel de 11 km., paso cerca del aeropuerto, buscando el Monte do Gozo, paso un pequeño cementerio, una fuente, presiento que está cerca. Llegado a la televisión de Galizia coincido con un peregrino que ha hecho el camino primitivo, me bajo de la bici y continuo el camino con él, andando, hablando, compartiendo. Por fin, la última cuesta y el Monte. Un matrimonio de León, con su hija, me aplauden y me invitan a comer con ellos. Qué alegría, no hay palabras. Después de unas fotos y el pertinente sello, continuo hacia la catedral, disfrutando el momento, la entrada por las calles, mirando a la gente. La plaza del Obradoiro (hacía ya 18 años que no volvía a Galicia, por circunstancias personales), me parece que está igual que siempre, preciosa, majestuosa, mirando al cielo. Busco la oficina del peregrino, facturo la bici, recojo el Códice Sagrado y me dispongo a disfrutar. Al bajar me encuentro con dos italianos que conocí hace días y que dejé en Castrojeriz: alegría, abrazos, satisfacción en nuestras caras. Ellos continuarían hasta Fisterra el día siguiente. Espero que alcancen su objetivo, son buena gente. Después, dos jarras de cerveza elevan todavía más mi estado de ánimo, el ambiente en Santiago es extraordinario, ¡y es lunes! Preparo el vuelo para el día siguiente, me instalo en el hotel Universal y, después, me lanzo a pasear por Santiago, sin prisas, respirando profundamente el aroma de sus calles, de sus gentes. Parada técnica en el Bar Charra, pulpo y empanada, regados con ribeiro, café y orujo. La noche se va a apoderando de sus calles, me siento en la Plaza del Obradoiro a mirar, a pensar, a sentir. Las lágrimas afloran en mis ojos, he llegado. Este momento es irrepetible, no se puede describir con palabras. Solamente personas como vosotros pueden entender lo que os quiero decir. Muchas gracias amigos por todo, por vuestra ayuda, por vuestras palabras de ánimo, por estar ahí. Jamás os lo podré agradecer tanto.

Ultreia y suseia

Salud

domingo, 22 de abril de 2007

Día 9 Triacastela-Melide

Salimos de Triacastela tomando la alternativa de Xan Sil. Estaba claro que no era la más acertada para mi estado anímico. Subidas paradisíacas entre árboles y bosques, agua y piedras. Voy subiendo aguantando el tipo, hay un par de rampas que tengo subir andando, por el barro y las piedras, y también por la pendiente. Una vez arriba, descenso (estoy hasta los huevos de los descensos, más descenso hasta Sárria. Allí decido tomar la carretera para afrontar el camino a Portomarín, mi compañero va a continuar por el camino. Inicio la salida de Sárria, pendientes de hasta 8 km. de duración, pero que controlo bien. Según subía, pensaba en la bajada. Estaba al límite, no podía aguantar más la presión. La bajada a Portomarín un espectáculo de vistas, de color, pero para alguien más profesional que yo en esto. Lago, puentes, vegetación y al fondo la ciudad. Parada técnica y continuo hacia Palas de Rei, inicio la salida por el Alto del Hospital, pero mi mente me dice que no siga, que ya está bien de sufrir, que pare. A 2 kílómetros paro un rato, no podía más, en esto que pasa un coche, (como me vería para preguntarme que me pasaba) y me dijo que llevaba a Melide. Me resistí al principio, no me parecía ético ni conmigo ni con los demás, pero ya no podía más. Acepté su invitación y aquí estoy. Me siento un poco derrotado por no haber sido capaz, por tener que llevar a mis espaldas estos 30 km. de coche. No se como dormiré. Mañana empezaré temprano, a las 8 horas para llegar a Santiago lo antes posible, y poder llegar a mi casa pronto.

Día 8 Ponferrada-Triacastela

Día extraordinario, quizás mucho calor, salimos de Ponferrada. Intento animarme ante lo que me espera, no temo al ascenso (claro, si lo hubiera conocido antes no pensaría lo mismo), pero si al descenso. Buena marcheta, buenos paisajes (no conocía esta zona de España) y llegada a Villafranca de El Bierzo. Allí parada pertinente, con ingesta de chocolate, bollos y café para subir mejor. Continuamos camino, siempre hacia arriba, pero controlable. Rampas prolongadas, por la antigua carretera nacional, pero agradables. Las piernas responden. Paramos varias veces a coger agua, alguna foto que otra, hasta que llegamos a Las Herrerías. Parajes idílicos, verde por todos los lados, vacas en los prados, sol... pero mucho calor. Ya empiezan las primeras cuestas, ¡vaya cuestas! diría yo que paredes. Empiezo a sufrir, sufrir mucho, son solamente 7 kilómetros hasta la cima, pero ¡qué siete kilómetros! Llega un punto en el que las piernas no me responden nada, se niegan en redondo a pedalear. Lo intento varias veces, pero tengo que subir empujando la bici. Yo, andando, voy casi tan deprisa como mi compañero montado. Es la hostia. Pensaba que nunca ibamos a llegar, es la prueba más dura de resistencia que he pasado jamás, superando incluso al maratón. Por fin arriba, tomamos un bocata y una cervecita, descansamos, y seguimos. Ya por carretera enfilamos el alto de San Roque, luego el alto do Poio y empezamos a descender a Triacastela. Acojonante. Pendientes de 7-8-9%, 60 km/h. acojonado perdido, deseando llegar al suelo. Voy pensando que no estoy perfectamente preparado para afrontar esta aventura, quizás era demasiado pronto, pero ya es marcha atrás. Menos mal que la carretera es muy buena y la bici responde bien. Llegamos a Triacastela, yo hecho un manojo de nervios, no disfrutando de la experiencia. Cena, paseo y reflexión. Estoy deseando llegar a Santiago y pensar en todo lo que me ha pasado durante el camino. Creo que el Camino, desde la Cruz de Ferro a Triacastela, me ha puesto en mi sitio, y me he dado cuenta.

Día 7 Astorga-Ponferrada

hola amigos, perdón por el retraso, los medios técnicos.... Comienza el día a las 8 de la mañana, directos al bar de la plaza de Astorga para enchufarnos un potente desayuno. Digo enchufarnos, porque he conocido a un chico de Madrid, y hemos decidido afrontar juntos los avatares de este nuevo día. Vamos a una muy buena marcheta, me sirve para recuperarme de estos días de tantos kilómetros. El camino hacia Rabanal es bueno, alternamos carretera y camino, disfrutando de un maravilloso día. En Rabanal nos apretamos un buen café con unas pastas para empezar a atacar la Cruz de Ferro. El ritmo que llevamos es bueno, constante, te hace disfrutar del paisaje, las rampas van endureciéndose pero controlo el tempo, me noto fuerte. En Focebadón, foto de rigor y continuamos hacia la Cruz. Una vez arriba, fotos, agua, relajación y también miedo, miedo al descenso, un miedo que tengo grabado desde que empecé el viaje. Mi pericia en los descensos no es muy elevada, yo diría que es bastante escasa, de ahí esa falta de control de la situación (solamente llevo montando en bici desde septiembre del año pasado). El descenso comienza y la adrenalina se dispara, curvas, velocímetro, paisaje, son demasiadas cosas para mi. Voy aguantando el tirón tirando del freno, deseando llegar abajo. Paramos en el Acebo, con una cervecita por medio, y seguimos descendiendo hasta llegar a Molinaseca, donde paramos a comer en un sitio precioso con un puente románico y un río. Después seguimos viaje hata Ponferrada, donde decidimos pernoctar. Cuando llego al albergue, llevo la bici para que me cambien las zapatas de la bici, estaban gastadas totalmente. El cansancio que tengo hoy no es imaginable a ningún día anterior. No se como explicaroslo, bueno si se, es de mucho miedo y temor a lo que no controlo. Intentaré dominarlo, pensé. Luego vamos a cenar a un italiano en Ponferrada, pasta y pizza y a la cama, que mañana espera la etapa reina como dicen por ahi. Un saludo

jueves, 19 de abril de 2007

Dia 6 Sahagún-Astorga

Hora de partida 8 de la mañana. Tiempo bueno, fresco a primeras horas pero muy bueno. Empiezo la aventura hoy, con muchas ganas, y con la mente puesta en Astorga, èpero también en losa diferentes puntos del camino por donde voy a pasar. Paro a desayunar en el Burgo del Renedo y conecto con dos chicos de Granada. Hacemos viaje hasta León juntos. Posteriormente se unen a nosotros 3 de Santa Pola, con una moto de apoyo. El viaje se hace muy ameno, es bueno ir en grupo. El recorrido es muy suave, muy agradable. Antes de llegar a León, nos tomamos un bocata de chorizo a la sidra con una cervecita, y esa es muy buena gasolina para llegar a cualquier sitio. Antes de llegar a León las correspondientes cuestas un poco jodidas, el camino lleno de piedras. Luego, lo de León es la hostia en verso. ¿Como puede estar tan mal señalizado la entrada? Es casi suicida, menos mal que íbamos 6 personas juntas. Luego en León sesión fotográfica de todos los monumentos, con el correspondiente sello en la catedral. Después camino hacia Astorga, la salida de León es también un poco difícil, mal señalizada, y eso te hace perder bastante tiempo. En San Miguel del Camino otro bocata, cervecita y café para seguir el camino hasta Hospìtal de Órbigo, Allí me he sentado durante media hora a admirar este maravilloso puente que tienen, bañado con el sol espectacular, demasiado espectacular para esta zona y para esta época del año. Luego 15 km. hasta Astorga, alternando arcén de carretera y camino. Y como colofón 2 espectaculares cuestas para llegar al albergue. El remate. La 19 horas, ducha, cena, paseo, y ahora, a continuación a la cama, para afrontar mañana la cruz de Ferro. Tengo un poco de respeto al descenso desde la Cruz. Ya os contaré mañana como va todo y hasta donde he llegado. En el albergue, me han aconsejado que vaya hasta Pereje. Ya os contaré. Un saludo amigos

miércoles, 18 de abril de 2007

Día 5 Castrojeriz-Sahagún

Hoy ha sido un día maravilloso. Acostumbrado a Navarra, llegar a Palencia es como si fuera una excursión, eso si, con algunos tramos del recorrido bastante molestos para esa zona que tenemos abajo de la espalda. Partí a las 8,30 de Castrojeriz, tiempo fantástico. Tiré por carretera hasta Itero del Camino, cruzando la frontera de Burgos con Palencia, por un puente super antiguo, por debajo del cual pasa el Pisuerga. Paisajes increibles, océanos verdes que se mueven al compás del viento, cantos de pájaros y silencio, mucho silencio.Creo que hoy he valorado más el hecho de hacer el Camino sólo. Con los italianos iba bien, buena gente de verdad, pero el silencio, la soledad, han sido buenos compañeros de camino hoy. El pedaleo es más constante y más rápido, acostumbrado a los paisajes de los anteriores días. Pueblos sin apenas habitantes, semi desiertos. Son sensaciones únicas. Llego a Frómista, bocata de tortilla y cervecita sin alcohol, sentado al sol, la misma señora del café me descarga la tarjeta de la cámara y me graba las fotos en un CD. Todo amabilidad. Cuando iba a pagar, me enrrollo a hablar con un señor del pueblo tomando un café. ¡Es todo tan diferente al día a día, sumergido en el estress! Parto hacia Carrión de los Condes, 19 km., que recorro en una hora, acompañando al Canal de Castilla en mi recorrido. Los océanos verdes me acompañan también. En Carrión, visita a San Zoilo con su correspondiente sello. Después el tramo rompeculos del día, vaya 11 kilómetros de losa 17 que hay hasta Calzadilla de (no recuerdo el nombre bien).Ya todo para adelante, disfrutando, algunas cuestas, pero muy suavecitas. Parada en Torrecilla de los Templarios, y por último decido para en Sahagún. A su entrada, hay una ermita, la Virgen del Puente, fantástico entorno, tanto el puente, como la ermita, como el paisaje. Después de hablar con un matrimonio de jubilados, y con una señora que es encantadora, que es toda una institución en Sahagún, Pepa Tovar, llego al albergue. Es un albergue nuevo que hay en la carretera de entrada. Fantástico, está a estrenar, y a parte, como casi nadie lo conoce, estoy totalmente solo. Esta noche sólamente oiré mis ronquidos. Mañana no se donde llegaré, intentaré seguir disfrutando del camino, de sus gentes, de sus paisajes. Hecho de menos a mi gente, a mis amigos, a mi familia, pero son los primeros que me dan ánimo para seguir adelante.
Gracias a todos por estar ahí, os siento. Un abrazo

Día 4 Belorado-Castrojériz

En vista de la imposibilidad de acceder al blog (pienso que por falta de carencias técnicas de este ¿ordenador?), he decidido publicar mi crónica en el foro. Hoy la etapa ha empezado a las 8.30 de la mañana, por cierto el albergue de Belorado en el que he estado es fantástico, tanto la dueña Belén, como las instalaciones. Se llama Albergue Caminante. Hemos empezado a andar Luigi y yo con un poquito de tiempo nublado. Llegamos a Vilafranca y toca subir el puertecito de los.... Hemos subido por carretera, mogollón de camiones y un poco de peligro, pero pensamos que era lo mejor. Una vez coronado el puertecito, con la pertinente foto de rigor, empezamos a descender a toda pastilla. El tiempo nos acompañaba, nada de lluvia y si mucho sol. Una vez abajo, pasado Atapuerca, empezamos a entrar en Burgos. Es penosa la entrada en Burgos hasta el kilómetro 15, Castañares, muy peligrosa. A Burgos llegamos por el carril bici por un parque precioso (se me olvidó ayer hacer mención al parque de La Grajera, a la salida de Logroño, impresionante). En la plaza de la Catedral nos sentamos en una mesa y nos metimos 2 cervecitas (sin alcohol) y un pedazo de bocata de morcilla de Burgos, para probar la comida autóctona. Allí, nos volvimos a encontrar con dos amigos italianos, y ya decidimos continuar camino los cuatro juntos. Todo muy bien, muy reconfortante, hablando en italiano y español, mezcla, muy gracioso. Compartimos camino, cuestas, bajadas escalofriantes, y llegada a Hontanas, que hay que tener dos.... para no arrugarte, de verdad. Allí dos cervecitas más, y llegada a Castrojériz. Aquí, después de 91 kilómetros, decido pasar la noche. Ellos continuan hasta Bobadilla del Camino, pero yo ya estaba conforme con el día. Ahora voy a cenar, en un bareto del pueblo, y luego a la cama. Ha sido un día intenso, bueno. Mañana, ya empezaré yo sólo. Ya llevo 4 días intocables, inolvidables, irrepetibles, que nadie me puede quitar. Un saludo amigos

lunes, 16 de abril de 2007

Día 3 Logroño-Belorado

Hoy la etapa ha sido excepcional, muchos kilómetros pero todo por el camino. Tiempo espléndido, aunque cuando hemos salido de Logroño llovía. Recorrido con importantes subidas, pero nada comparado con los toboganes. Paramos en Nájera, bocata, cervezas y sello correspondiente, seguimos hasta Santo Domingo de la Calzada, otra cervecita y otro pintxo y ya camino hacia Belorado. Llegué un poco matado, con ganas de ducha y descanso, y también de avituallamiento, arroz blanco, cinta de lomo y arroz con leche. Hoy me siento lleno de energía, de vida, fuerte aunque cansado. Hecho mucho de menos a mi mujer y mi hija, y deseo verlas pronto. Hablar con ellas es......
Mañana, no se donde llegaremos, pero prometo contaróslo con más detalles. amigos. un abrazo

Día 2 Puente la Reina-Logroño

Ante todo, quiero pediros disculpas por no poder publicar la crónica ayer. Había una gran demanda de ordenador en el albergue y fue imposible. La etapa fue durísima, el camino impracticable, así que casi todo por carretera. La salida de Puente la Reina es la muerte en verso, pero la pasé. Luego hasta llegar a Estella más subidas y después de Estella, tras pasar por Irache y la ya tan famosa fuente del vino, contínuos toboganes, con un aire de frente de tres pares de...... En Irache conocí a un italiano, y ya vamos juntos todo el día, me ayuda bastante, él es ya un veterano. Después de pasar por el check point de Felisa en Logroño, y muerto de cansancio, llegamos al albergue. Ducha maravillosa y después a la calle del Laurel a llenar el cuerpo de comida y bebida, con otros dos italianos más. Lo pasamos fenónemo, además el tiempo maravilloso, íbamos en manga corta. Luego a la cama, porque el día siguiente estaba cerca. Tengo que deciros que ayer se me pasaron las ideas de volver a casa, fue durísimo , los toboganes destrozan mucho más que las subidas. Gracias por vuestros ánimos amigos. Un saludo

sábado, 14 de abril de 2007

día 1 Roncesvalles-Puente la Reina

amigos, el juego ha empezado, ¡y de qué manera! Esta noche salimos de Madrid, a las 2.30 de la madrugada. Buen viaje, conduje los primeros 300 kilómetros y posteriormente fue mi amigo José Antonio el que se encargó de culminarlo.
Después de alguna peripecia en Pamplona (nos metimos a tomar un café en un bar que se parecía mucho al de Abierto Hasta el amanecer, pero eso si, sin Salma Hayek), llegamos a Roncesvalles a las 9 de la mañana. Un poco de niebla, algo de lluvia y muchos nervios, muchísimos. Según subíamos con el coche, y viendo las cuestas sobre todo de bajada que había, me entró una cagalera del 10. "Yo por aquí no bajo", pensé superacojonado. Pero al final lo hice y disfruté como un niño, tanto de las bajadas como de las subidas. Me planté en 2 horas en Pamplona, mi amigo me siguió con el coche, como si yo fuera Induráin. La hostia. Ya en Pamplona, nos tomamos un bocata de chistorra y una cervecita sin alcohol, y, posteriormente, él tomó el camino de Madrid, y yo el Camino de Santi. Cruzar Pamplona para mi fue una odisea, poca señalización, o a lo mejor soy yo el poco hábil. No sé. El caso es que, después de un buen montón de minutos (casi 2 horas), salí de Pamplona, sellé la credencial, y tomé rumbo a Cizur Menor. Allí me indicaron que no fuera por el camino hasta el Alto del Perdón, ya que había desprendimientos de tierra después de las lluvias de estos días. Cojí la NA 600 dirección Campanas, para luego allí coger la dirección de Puente La Reina por la NA601. Joder con la NA 600, parece que llega hasta el cielo, no deja de subir, aunque luego también tiene su contraprestación, bajadas acojonantes y ganar tiempo rápidamente. Después de visitar Santa María de Eunate, llego a Puente La Reina a las 17.15 horas. Entro en el albergue, me ducho, me visto y me voy a dar un voltio por el pueblo. En el Puente que hace honor al nombre del pueblo, y con un sol de la hostia, me pongo a estirar las piernas. ¡Vaya lujo! Hablo por teléfono con mi mujer y mi hija (super emocionado), les cuento mi hazaña, y me siento importante para ellas. También mi amigo Ezequiel es partícipe de mi aventura. Vueltecita otra vez, y como colofón un bocata de tortilla de bonito con un peazo jarra de cerveza para celebrar el acontecimiento. Ahora estoy en el albergue, escribiendo estas letras y esperando el momento de descansar y preparme para mañana. No se donde acabaré, ni lo he pensado, pero espero que sea un día para disfrutar como este. Mañana, si hay medios técnico a mi alcance, os contaré mi segundo día.
P.D. Aunque tenga que volver a casa antes de tiempo, el día de hoy no me lo va a quitar nadie, eso es lo que tengo ya ganado.
Salud amigos

jueves, 12 de abril de 2007

pasado mañana, sábado

Culotte, toalla, calcetines, chubasquero, gafas, maillot, joder, cuantas cosas caben en estas maravillosas alforjas Topeak (hago publicidad sin cobrar un duro, eh). Creo que ya está todo en su sitio, bien repartido, lo más pesado en el centro, lo más ligero en los laterales. La verdad es que no pesan mucho, o por lo menos eso me parece a mi. ¡Y yo que iba directo a comprarme las de Decathlon! Cambié de opinión, eso si, por consejo de nuestro colega Marcos. Ya sabéis que rectificar es de sabios, aunque en esta ocasión lo de sabios es por hacer honor a la frase.
Joder, pasado mañana estaré por esa autopista de ilusiones. ¿quizás en Pamplona? ¿Quizás en Puente la Reina? No tengo ni la más remota idea, solamente se que habré comenzado a cumplir un sueño, rumbo al horizonte, y el horizonte es Santiago. Me acordaba de una canción que canta un chaval que está empezando en esto de la música, Joan Manuel Serrat creo que se llama, que se titula El Horizonte. Menuda letra amigos, muy aplicable a este momento, "Puse rumbo al horizonte, y por nada me detuve". Según leía el blog de Marcos estos días me imaginaba esos caminos llanos de Castilla, rectas interminables, el paisaje, tu bici y tú solos, con la vista fija en esa línea donde el cielo y la tierra se dan la mano, esa línea a la que por más que te acercas no llegas jamás. En este caso, la línea para nosotros está lejos pero no inaccesible, esa línea no se aleja sino que, a medida que avanzamos, se aproxima más, o mejor dicho somos nosotros los que nos aproximamos a ella. Santiago, línea de destino, objeto de ilusión, cúmulo de sentimientos, punto de encuentro de muchos "locos cuerdos". "Tu estás loco macho. ¿Vas sólo?" son algunos de los comentarios más suaves que oigo.
Ahora, en estos momentos, he recibido la llamada de Marcos. Está eufórico, me ha estado contando con todo lujo de detalles su gran aventura: lugares, personas, situaciones, etc. Es increible la ilusión con la que habla, con la que describe su viaje. Ojala pudiera yo ver "la misma luz" que él ha conocido.
Bueno, pasado mañana está aquí. Quiero agradeceros a todos estar ahí, leer mis reflexiones. Espero ser un cronista de mi actualidad, de mi día a día, poder aportar datos nuevos a este maravilloso grupo de personas con un punto de encuentro: el camino de Santiago.
Salud camaradas

lunes, 9 de abril de 2007

los dedos de una mano

Hola amigos. Es lunes, pero no es un lunes cualquiera. Principio de semana, pero no es una semana cualquiera. El día de la partida se acerca, lentamente, pero se acerca. Parecía mentira que llegara, han sido muchos días con la mirada puesta en el Camino, imaginando como sería, leyendo vuestros comentarios, preparando todos los elementos, con la ilusión por bandera. En estos momentos se mezclan sentimientos contradictorios: por un lado están las ganas de afrontar el viaje, comenzar a pedalear; por otro, siento un poco de pesar por tener que dejar unos días de ver a mi mujer y a mi hija. ¿Os ha pasado a vosotros? Según se acerca el día noto como crece más en mi, como mi hija elude hablar de ello, como si en realidad no quisiera que yo me fuera. No se como expresaros lo que siento, la despedida intentaré que sea lo más furtivamente posible, que cuando se despierten por la mañana piensen que solamente ya me queda un día menos para volver.
El sábado estuve preparando las alforjas, revisando todo. Hay algunas cositas que he tachado de la lista a última hora porque creo que puedo prescindir de ellas. Solamente me queda coger una piedra para dejarla en la Cruz de Ferro (será una piedra especial, de un sitio muy especial para mi), una libreta, un boli y unos protectores para los pies para la ducha. He montado las alforjas en la bici, he colocado el saco en su sitio, entre las alforjas y el sillín. El miércoles pasado fui a recoger la bici, me han hecho una revisión de todo. Ya no me queda nada que mirar, solamente comenzar. ¿Dudas? muchas. Alguna molestia muscular existe, no se si me permitirá llegar, pero no puedo dar marcha atrás. ¿Sabéis? Yo creo que es bastante más agotador mentalmente que físicamente el marcarte objetivos con fecha. Mentalmente, la mente siempre en funcionamiento. Cuando queda mucho tiempo porque hay que entrenar duro. Cuando queda poco, por el temor a que cualquier imprevisto tire por tierra todos tus sueños. Es un desgaste fuerte, muy fuerte. Por eso, a pesar de las molestias, voy a tirar para adelante, hasta donde me lleven mis piernas, y, por supuesto, mi bici. ¿La meteorología? que puedo hacer con respecto a este tema. Nada, muy poco. Como decía un amigo "Con estos bueyes tenemos que arar", así que no queda más que aceptar lo que venga. Intentaremos elevar nuestras plegarias a todos los dioses que forman la naturaleza en forma de lluvia, viento, sol, granizo, para que sean me sean favorables y no me castiguen en demasía. Por cierto, vaya peazo aventura que se han marcado para el resto de su vida nuestros amigo Marcos, Javibaiz y Roberbolo. Un abrazo fuerte para los tres.
Los dedos de una mano son cinco, hoy empiezo a restar uno, la marcha atrás ha empezado, el Camino me espera y no puedo faltar a la cita, una cita profana y sagrada a la vez. Una cita con la naturaleza, con las personas (en estado puro) y con mi interior. Una cita que me permita ser mejor de lo que soy.
salud amigos

lunes, 2 de abril de 2007

si no fuera por Leonardo......

Buenos días amigos. Hoy es el día -12, la semana que viene está ahí, a la vuelta de la esquina, y me he parado a pensar. Pensar en todo el camino que llevo recorrido, pensar en como un maratoniano ha acabado montado sobre dos ruedas. Porque yo hacía atletismo, tiempos nada extraordinarios comparados con los campeones anónimos que circulan por el asfalto (40 min. 10 km, 1h. 25 media maratón, 3h 15. min. maratón). 85 km. semanales, lluvia o calor, mañana o noche, ahí estaba yo. Era una manera de vivir, como otra cualquiera, pero una manera muy gratificante de desarrollarte como persona, tanto a nivel físico como psíquico. Ilusiones muchas (bajar en el maratón de Madrid de las 3 horas, ir al maratón de Berlín y pasar por la puerta de Branderburgo....), pero todo esto se rompió. Un día la rodilla izquierda dijo basta. Después de varios diagnósticos erróneos, finalmente tenía una condromalacia. Se me vino el mundo encima. A pesar de eso, luche contra ella. Incluso decidí visitar un quirófano. Yo ir a un quirófano, todavía no me lo creo. Hasta ese momento, solamente un intrépido dentista había desafiado alterar mi morfología estirpándome dos muelas de una sola vez... La operación no sirvió prácticamente para nada. Correr era historia, mi historia, y joder, solamente tenía 41 años. Después de meses muy duros, de que me familia me aguantara estoicamente, sin rechistar, viendo como sufría en silencio, decidí volver a un gimnasio. Ya era otra cosa, me sentía diferente y quería avanzar. Dos meses me bastaron para pensar en hacer el Camino de Santiago andando, y esa era mi meta. Luego, en septiembre del año pasado, tras varios consejos médicos, decidí comprarme una bici. ¡Yo en bicicleta! En mi vida había tenido bici, ni de pequeño. Pero ahí estaba subido, al principio acojonado, pero aguantando el tirón. Me consideraba un intruso dentro del mundo de los bípedos con dos ruedas, pero estaba dispuesto a aprender. Después de 2 meses, se me pasó por la cabeza la idea de hacer el camino, pero ahora en pedales. Lo comenté en mi casa, me miraron y dijeron que vale, pensando que era una locura pasajera. Empecé a hacer más kilómetros, a perder el miedo, ir más deprisa, y la idea fue consolidando. Internet me condujo hacia esta maravillosa página de Tomás, me sumergí dentro de ella, con avidez de leer sus comentarios, vuestros comentarios. Había descubierto una nueva forma de seguir adelante, de seguir disfrutando del deporte. Desde ese momento, el camino de Santiago forma parte mi día a día. Ahora, que lo tengo tan cerca, me ha entrado un poco de acojonamiento. Es cierto que tengo molestias en el psoas de la pierna derecha. Eso me inquieta, no se como resistirá y si resistirá todo el camino, pero lo voy a intentar. Mañana por la tarde iré al fisio para que me descargue un poco y me aconseje, pero yo creo que la bici ya la tocaré poco hasta la salida. Tengo todo preparado. Incluso he variado mis planes. Un amigo se ha prestado a llevarme hasta Roncesvalles el 14 de abril por la mañana, y para mi será un honor su compañía. Se va a meter entre pecho y espalda unos 1000 km. sólo para llevarme. No se, es difícil explicar las sensaciones y sentimientos que me provoca, encima que él no está pasando por sus mejores momentos personales. Si consigo llegar a ver al amigo Santiago, entre mis múltiples deseos estará que él consiga solucionar todos sus problemas y que encuentre la felicidad. Y aquí estoy amigos.
Ah, se me olvidaba, os preguntaréis el motivo del título, ¿verdad?. Creo que ya va siendo hora de que los amantes de las dos ruedas tengan su patrón, alguien a quien agradecer que hoy en día podamos practicar este maravilloso deporte, que nos permite llegar a casi todos los confines del mundo mundial (como decía Manolito Gafotas). Y quien mejor que su precursor, el gran Leonardo da Vinci. ¿Como se le ocurriría a don Leonardo pensar en una máquina tan rara? ¿Sería después de una cogorza? ¿Soñando? En fin, el caso es que se le ocurrió, y la consecuencia de su locura es la realidad del momento. ¿Qué hubiera sido de nosotros sin esta serie de personas que se dedicaban a construir y no a destruir? Prefiero no pensarlo.
Que sería de nosotros si no fuera por Leonardo....
Un saludo amigos

jueves, 29 de marzo de 2007

16 dias

la cantidad de días que faltan disminuye, lentamente pero disminuye. Mañana voy a llevar la bici para hacerle una puesta a punto, una buena revisión, y poder evitar, en la medida de lo posible, los problemas en forma de avería que se puedan presentar. Como he comentado hoy en el foro llevo pasando dos día un poco jodidos, dolor de cabeza, no duermo bien, nervioso, molestias musculares, es decir, todo lo que me pueda imaginar. Creo que la cercanía del día D y la hora H me provoca este estado de ansiedad, de intranquilidad. He podido contrastar vuestras opiniones y recibir vuestros consejos a través del foro, y la verdad es que me han hecho mucho bien, me han tranquilizado un poco. Son tantas las ganas de cargarme las alforjas (llenas de ilusiones, aparte de los 10 kgs. aprox.), de seguir el camino que muchos de vosotros habéis pisado, de conocer los mismos sitios, las mismas personas que tanto me he imaginado con vuestros relatos, que no me caben dentro de mi cuerpo y mente. Tomás me ha hablado con la sabiduría que le caracteriza, con esa experiencia que solamente da el conocer este camino maravilloso. Su lugarteniente Kilikolo ha detectado perfectamente que esa ansiedad que tengo quizás sea por pensar en llegar antes que salir, pero es que la salida la tengo ahi, casi la toco con la punta de los dedos y no quiero dejar pasar esta oportunidad única en la vida. Quizás pueda hacer varias veces el camino, pero estoy seguro que como la primera vez no podrá ser jamás. Intentaré estar con vosotros aquí y contaros como me va todo. Un saludo

domingo, 18 de marzo de 2007

27 días

27 días son los que me faltan, 27 días largos, 27 días con mucha ilusión, en fin, 27 días para empezar esta gran aventura, una aventura que estoy dispuesto a afrontar, hacia frio o calor, llueva, lo único que podrá pararme será mi propio cuerpo, en forma de lesión inoportuna. Después de tener el beneplácito de mi familia para empezar este sueño, la mente se me disparó, pensaba constantemente en ello y, por fin, el viaje hacia Santiago está próximo. Espero poderos contar mis sensaciones, mis pensamientos, mis ilusiones, y compartirlos con todos vosotros.
un abrazo muy fuerte